Por Joël Bouzou – Fundador Peace and Sport
El viernes pasado, el mundo entero volcó sus ojos hacia Pyeongchang. Todos vieron la espléndida celebración de la ceremonia de apertura de los Juegos Olímpicos de Invierno de 2018 con mucha expectativa y emoción.
Durante el desfile de las delegaciones, vimos a 166 atletas coreanos caminando con una bandera azul y blanca. Una bandera unificadora para dos países separados por una frontera pero en conflicto durante varias décadas. Entre estos 166 atletas olímpicos, 22 de ellos provienen de Corea del Norte.
El mundo entero fue testigo del evento histórico: Corea del Norte y Corea del Sur juntas en la misma marcha, sus atletas avanzando tomados de la mano y vestidos con uniformes idénticos.
Los atletas, oficiales y seguidores de los dos vecinos coreanos expresaron una causa común a través de la magia de los Juegos y el Movimiento Olímpico. Unas semanas atrás, esta imagen no hubiera sido posible. Hoy es una realidad
Una vez más, el deporte ha tenido éxito donde la política ha fallado. Un magnífico ejemplo del poder de la diplomacia deportiva. En un mundo de tensión, donde las divisiones entre sociedades no cesan de aumentar, el deporte sigue siendo uno de los raros motivos de expresión a través de un lenguaje neutral y universal que invita al diálogo. Y los Juegos Olímpicos son su vitrina más poderosa. En Pyeongchang durante las próximas semanas, las dos Coreas no se conformarán solamente con estar en las mismas filas en la ceremonia de apertura.
Quieren jugar juntos como un equipo en la competencia femenina de hockey sobre hielo. Los jugadores comenzaron su preparación a finales de enero. Abandonaron sus diferencias en la pista de patinaje. Ellos son simplemente coreanos.
Desde que fue fundada, Peace and Sport ha estado trabajando a su manera, pacientemente pero con gran determinación para promover el diálogo entre las dos Coreas en el campo deportivo.
En 2011, unimos a jugadores de los dos países en el mismo torneo en Doha, organizado en colaboración con la Federación Internacional de Tenis de Mesa.
Los jugadores de tenis de mesa de Corea del Norte y del Sur formaron equipos en el mismo lado de la mesa. Ganaron -y algunas veces perdieron- juntos. El año pasado, con la ayuda de la Federación Internacional de Hockey Sobre Hielo y el Comité Organizador de los Juegos Olímpicos y Paralímpicos de Invierno de Pyeongchang 2018, reunimos a jugadores de los dos países para una foto histórica como un evento paralelo durante un partido de hockey de clasificación para los Juegos Olímpicos de 2018. Posaron sobre el hielo, sosteniendo una #TarjetaBlanca, como símbolo de la iniciativa que lleva el mismo nombre lanzada en 2015 por Peace and Sport para promover la paz a través del deporte.
En los Juegos Pyeongchang, los atletas de Corea quieren jugar un papel en el futuro de sus países. Un papel histórico! Marchando juntos, usando la misma camiseta en la competencia femenina de hockey sobre hielo, compartiendo comidas y conversaciones en una mesa comunitaria en la Villa Olímpica, ellos pueden empujar las barreras e inspirar a jóvenes coreanos en ambos lados de la frontera.
Los atletas no son solamente ejemplos. A través de sus palabras y sus acciones, pueden convertirse en embajadores de la paz y el intercambio.
Si estos Juegos son una oportunidad para que Corea del Norte abra el diálogo con Corea del Sur, y de hecho con el resto del mundo, también pueden brindan la oportunidad a otros países de buscar la paz sostenible a través de la herramienta diplomática del deporte.
La reunión de las dos Coreas en los Juegos de Invierno marca una primera victoria; pero no debería ser la única.
∗ Este artículo fue traducido por la Plataforma Deporte, Desarrollo y Paz con autorización de Peace and Sport.
Peace and Sport es una organización con sede en el Principado de Mónaco cuyo objetivo primordial es el de promover la paz por medio del deporte (https://www.peace-sport.org/).