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El sector del Deporte para el Desarrollo y la Paz

El sector del Deporte para el Desarrollo y la Paz está conformado por cientos de organizaciones e individuos –que aunque defienden variados compromisos e intereses–, movilizan el deporte de una forma u otra para lograr metas explícitas relacionadas con el mejoramiento de la calidad de vida de personas y comunidades. Los actores más relevantes en este sector incluyen:

Los gobiernos nacionales y los ministerios y secretarias de deporte:

Son responsables de la planeación, dirección, ejecución y coordinación de esfuerzos y actividades en materia de deporte, recreación y aprovechamiento del tiempo libre. También están a cargo de formular y ejecutar política pública entorno a la dimensión social del deporte y sus potenciales contribuciones al desarrollo incluyente y sostenible de los países.

Las federaciones deportivas:

Además de dictar la organización y control en sus respectivos deportes, también aportan al sector del DDP mediante la coordinación, apoyo y difusión de actividades deportivas que buscan alcanzar objetivos sociales amplios que trascienden la recreación, el entrenamiento o la competencia.

Los Comités Olímpicos Nacionales:

Por encargo del Comité Olímpico Internacional (COI), estas entidades están a cargo de fomentar el Movimiento Olímpico a nivel nacional.

El aporte natural de los Comités Olímpicos Nacionales al sector del DDP radica en crear conciencia entre la comunidad deportiva, los gobiernos nacionales y el público en general, sobre las oportunidades que brinda el deporte como herramienta para la paz y el entendimiento intercultural.

Una plataforma ideal para este propósito es el concepto de la Tregua Olímpica, la cual permitía un cese de hostilidades entre comunidades en conflicto durante la celebración de los Juegos Olímpicos de la antigua Grecia. Habiendo sido revivida en años recientes por el Movimiento Olímpico y la comunidad internacional, la Tregua Olímpica puede servir de inspiración para la activa movilización de recursos, actores y saberes en función de la potencialidad del deporte como un aliado en la construcción de paz.

Los atletas:

Debido a su posición privilegiada como celebridades globales, los atletas de alto rendimiento han emergido como actores importantes en el sector del DDP. Ellas y ellos sirven de «gancho» para atraer a niños y jóvenes a programas que emplean el deporte para prestar una serie de servicios comunitarios, al mismo tiempo que actúan como portavoces y abanderados de distintas causas sociales.

También pueden enfocar la atención de los medios de comunicación y los gobiernos en el uso del deporte para la cohesión social y ayudar a la visibilización de proyectos comunitarios en este campo. Además, debido a su popularidad, los atletas están en posición de canalizar y movilizar recursos para programas de DDP de una forma efectiva, o  inclusive, de financiar directamente este tipo de proyectos.

Las ONG y la sociedad civil:

Las ONG y las iniciativas comunitarias intervienen en áreas que se han visto afectadas por la pobreza, el conflicto o la violencia mediante programas basados en el deporte y la activad física. Generalmente canalizan el capital humano de estas comunidades alrededor de sus intervenciones deportivas, promoviendo en los beneficiarios y en sus familias, un sentido de pertenencia y empoderamiento.

Debido a que las ONG están ubicadas estratégicamente, estos actores están en capacidad de conectar la base de la sociedad con las agencias gubernamentales y la comunidad internacional para enseñar los progresos realizados a nivel comunitario en el uso del deporte como estrategia de desarrollo social. Las ONG pueden hacer una contribución importante al sector del DDP informando a los gobiernos nacionales sobre el impacto de sus intervenciones, de esta forma estableciendo evidencia sobre la efectividad sus programas. Esto puede, en el mejor de los casos, traducirse en la creación de política pública concreta en el deporte como estrategia de desarrollo social.

Las organizaciones internacionales:

Las organizaciones internacionales y las iniciativas intergubernamentales (por ejemplo, la Organización de las Naciones Unidas y sus agencias; la UNICEF) son algunos de los actores más activos en la promoción del deporte como herramienta de paz y desarrollo. Su contribución al sector del DDP se proyecta en diversos frentes, por ejemplo:

  • En el apoyo a gobiernos nacionales en el desarrollo de política pública;
  • En la diseminación de información concerniente al deporte y al desarrollo por medios masivos de comunicación;
  • Facilitando el intercambio de experiencias entre diversos actores del DDP, definiendo así el rumbo y las tendencias de este sector;
  • En el apoyo financiero, técnico y logístico a programas de deporte y cohesión social;
  • Expandiendo las capacidades de organizaciones del sector mediante la transferencia de conocimiento y capacitación;
  • Acompañando de cerca iniciativas exitosas con el fin de compartir con otras organizaciones, prometedores modelos de implementación.

Las agencias de cooperación y desarrollo:

Las agencias de cooperación internacional (generalmente representan a países del norte global) prestan colaboración técnica, financiara y logística a programas y proyectos destinados a hacer frente a problemas apremiantes en países en vía de desarrollo.

En años recientes, el deporte ha sido reconocido por las agencias de cooperación internacional como una herramienta útil y de bajo costo en la promoción de hábitos de vida saludables, el aprovechamiento del tiempo libre, la inclusión social, el fomento a la paz en contextos de conflicto y el desarrollo de capacidades por parte de niños y jóvenes. Los beneficiarios de programas de deporte y desarrollo reciben esta colaboración ya sea directamente de la agencia internacional, a través del gobierno del país receptor o por medio de una ONG u organización comunitaria a cargo de la implementación de actividades basadas en el deporte.

Las instituciones académicas:

Las instituciones académicas están en posición de impulsar el sector del DDP de varias formas, por ejemplo, reflexionando de manera crítica y propositiva a las prácticas y tendencias que caracterizan el uso del deporte como una herramienta de desarrollo social. Esto puede materializarse:

  • Mediante la generación de conocimiento científico que arroje luz sobre el fenómeno del DDP;
  • Impartiendo cursos y seminarios que aborden al deporte como un fenómeno interdisciplinario y que exploren su vínculo con el desarrollo y la paz;
  • Fomentando la investigación en esta área y compartiendo los hallazgos de estudios con grupos de interés con el fin de crear un puente entre la teoría y la práctica en este campo emergente.

Además, en su función básica como gestor de generación y transmisión de conocimiento, la academia puede dinamizar al DDP:

  • Asistiendo a las ONG, agencias gubernamentales y organizaciones internacionales en el diseño de programas, entrenamiento y formación de personal;
  • Acompañando a organizaciones implementadoras en los procesos de monitoreo y evaluación de intervenciones sociales basadas en el deporte.

El sector privado:

A través de esquemas de Responsabilidad Social Corporativa (RSC) y fundaciones que incorporan el deporte como un pilar de sus actividades, la empresa privada se ha involucrado en el sector del deporte para el desarrollo y la paz.

La RSC es sinónimo del compromiso social y moral de una empresa para con la comunidad. Por tanto, el interés del sector privado en fortalecer los lazos con la sociedad a través de una práctica tan popular como es el deporte, a la vez que se incrementa la imagen y el valor de cierta marca o producto.

Las comunidades y los beneficiarios de programas:

Las comunidades beneficiadas con los programas e iniciativas de deporte para el desarrollo y la paz deben ser sin duda, la razón de ser de este sector.

Aunque muy lejos de ser una práctica establecida en el deporte para el desarrollo, se recomienda ampliamente la activa participación de los miembros de la comunidad en las diversas etapas que estos programas involucran, desde la planeación hasta el monitoreo y la evaluación de actividades.  Lo anterior puede arrojar como resultado la implementación de programas más acordes con las necesidades puntuales de poblaciones específicas.


 

 

 

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